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#Doctrina La Cumbre Cop26: Claves para entender el Pacto Climático de Glasgow

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Autor: Gibson, Marcos C.

Fecha: 15-dic-2021

Cita: MJ-DOC-16347-AR | MJD16347

Sumario:

I. Introducción. II. El acuerdo del carbón, el lado oscuro. III. La lucha contra el cambio climático y por el financiamiento. IV. Avances y conclusiones finales.

Doctrina:

Por Marcos C. Gibson (*)

I. INTRODUCCIÓN

La evolución del proceso de las negociaciones climáticas debe ser vista como un todo para determinar si hubo avances o retrocesos.

Es dable destacar que la comunidad internacional se haya unido en accionar para no llevar la temperatura global arriba de los 1,5 °C. Debemos conseguir la emisión neta de carbono cero para el año 2050 y para ello debemos reducir a la mitad nuestras emisiones para esa fecha.

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Estos procesos climáticos globales nos dejan en claro que la problemática ambiental conlleva a un debate más profundo y que involucra a los factores económicos y sociales. Todo esto nos precipita hacia un nuevo trazado de la economía mundial: las políticas económicas se van a ver altamente modificadas por las consideraciones climáticas. Para comenzar a desentrañar esta premisa, es menester analizar cuál fue la problemática principal en la «Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático» N° 26 (COP por sus siglas en inglés) de Glasgow.

La primera semana comenzó con múltiples anuncios, pero todos de índole sectorial, tales como la declaración para frenar la desforestación y la degradación de los suelos, con compromisos financieros para el 2030 firmados por más de 130 países, el cual contará con 19.000 millones de dólares provenientes de fondos públicos y privados. A su vez, 105 países se comprometieron a bajar en un 30% sus emisiones de metano para el año 2030. Australia, China y Rusia no participaron.

Sin embargo, un ambicioso acuerdo entre China y Estados Unidos -dos de los mayores emisores de CO2 del mundo- puso al país asiático en escena y condicionó las negociaciones en la Conferencia de Glasgow.Acordaron cumplir con la reducción de emisiones de metano necesarias en los próximos nueve años para lograr el ajuste del 1,5º C que requerirá una «respuesta de toda la economía.». Si bien este anuncio fue muy esperanzador por parte de la comunidad internacional, fue tomado con escepticismo por ciertos sectores.

La segunda semana se volcó a las negociaciones entre los estados parte de la COP. Negociaciones que desde 1995 en Berlín, en la primera Conferencia de las Partes, han sido arduas y lentas. En ese entonces podíamos encontrar a una joven ministra de medio ambiente llamada Ángela Merkel que daba comienzo a la primera «Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático» donde se dieron cita 160 países. Pese a las pocas expectativas que generaba se llegó a un consenso, el cual estableció las bases del Protocolo de Kioto y catapultó la carrera política de Merkel.

La COP26 celebrada en Glasgow no fue la excepción en cuanto a la tensión política. Ésta se celebró luego de la postergación debido a la crisis sanitaria por Covid-19, recordando que debía llevarse a cabo en el año 2020. De hecho, desde sus inicios fue una conferencia marcada por la tirantez propia de este tipo de negociaciones. Pero es de resaltar que los países participantes lograron avances y un consenso con cierta mirada colectiva de la crisis climática global.

El acuerdo climático emanado de la COP26 recibió el nombre de «Pacto Climático de Glasgow», y fue tildado de «heroica negociación» por Alok Sharma, el presidente de la Cumbre. El texto se adoptó tras dos semanas de complejas negociaciones que se vieron obligadas a extenderse un día más por profundos desacuerdos que le otorgaron un final dramático.

Cabe poner de resalto que la principal discordia se manifestó en la recta final de la redacción del texto decisivo en lo atinente a los términos de la pretendida eliminación del carbón.El pacto final se refiere ahora a su reducción gradual en lugar de una eliminación. De hecho, el presidente Sharma -entre lágrimas- se disculpó por la forma en que se desarrolló el proceso de negociación, pero resaltó lo vital que significa que protejamos al planeta.

India, con el apoyo de China, fue quien impulsó este cambio de última hora, fundamentando su postura en que los países en vías de desarrollo no pueden prescindir de la utilización de combustibles fósiles. Sin embargo, un amplio bloque de países, entre los que encontramos a los estados insulares pequeños, dejaron en evidencia su decepción por la decisión.

El pacto también supuso un duro golpe para las naciones más pobres que buscan compensación por pérdidas y daños causados por el calentamiento global. Estados Unidos y la Unión Europea, dos de los mayores emisores del mundo, se resistieron a un plan de apoyo financiero.

II. EL ACUERDO DEL CARBÓN, EL LADO OSCURO

Uno de los puntos más destacados de la decisión de la COP fue incorporar a los textos la necesidad de disminuir el carbón. No obstante, la presión de última hora de India y China hizo que se realizara una enmienda de última hora que modificó por completo el compromiso. El primer borrador que se conoció el día 10 de noviembre hablaba de una «eliminación progresiva del carbón», pero la versión final del 13 de noviembre reemplazó estos términos y habló de reducción. Ambos países asiáticos se vieron notablemente beneficiados por este cambio de última hora debido a que solamente en China e India se han producido el 95 por ciento de las nuevas capacidades de energía de carbón en todo el mundo desde el 2011 (1).

Todo ello generó el descontento de los países más vulnerables a los impactos del cambio climático, que rechazaron la reformulación del pacto.De hecho, la delegada de las Islas Marshall solicitó que se dejara constancia en el informe de la reunión, la profunda decepción que les generaba el cambio de palabras entre eliminación a reducción de carbón. Manifestó que el compromiso sobre el carbón era un punto brillante del pacto y si bien aceptaba los cambios, lo hacía con total disconformidad. En la misma línea lo hizo Fiji, que criticó aquella modificación y la falta de debate al respecto.

Por su parte, China respondió a las críticas manifestándoles a las naciones en desarrollo que primero garanticen sus propias fuentes de energía. En un comunicado desde Beijing, China, el vocero del ministerio de relaciones exteriores dijo que «muchos países en desarrollo aún no tienen acceso universal a la electricidad, ni un suministro de energía adecuado. Es por ello que antes de exigirle a los países que finalicen el uso del carbón, primero deben considerar la brecha de demanda de energía en estos territorios para garantizar su seguridad energética».

El vocero del gigante asiático declaró que es injusto para China, India y para muchos otros países en vías de desarrollo la exigencia actual para eliminar el uso del carbón cuando los países ahora ya industrializados tuvieron más de 100 años desde la Revolución Industrial para quemar ese material y hacerse con unas economías fuertes y sólidas gracias a la quema de estos combustibles (2).

III. LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO Y POR EL FINANCIAMIENTO

Las naciones insulares en conjunto con el G77 en el cual se encuentra China, solicitaron la creación de un mecanismo separado para financiar la restauración frente a «las pérdidas y los daños causados» por el cambio climático. Esto generó la oposición inmediata de la Unión Europea y los Estados Unidos ante la posibilidad que se originen reclamos por indemnizaciones debido a que son de los mayores contaminadores del mundo.Todo esto devino en la eliminación de ese mecanismo, pactando en su defecto el llamado diálogo de Glasgow, donde los estados parte se comprometen a debatir durante los próximos dos años sobre los mecanismos de financiación. Dicha situación produjo el rotundo rechazo a la decisión por parte de los países menos desarrollados, que respaldaron su desacuerdo en el hecho de estas naciones ya que están experimentando una avalancha creciente de pérdidas y daños causados por el cambio climático.

Sumado a esto, otro factor que genera profunda insatisfacción es la promesa que han incumplido los países más ricos, los mayores contaminadores, desde el 2009. Prometieron que para el 2020 entregarían mil millones de dólares cada año para que los países en vías desarrollo, los que más sufren el cambio climático, se adaptaran al cambio climático y mitigaran los impactos. Pero lo cierto es que hasta el 2019 habían entregado cerca de 70 mil millones de dólares y la mayor parte de ellos en préstamos con intereses altos.

Sin perjuicio de los puntos reseñados podemos encontrar avances y datos positivos. Se alcanzó un compromiso de 12 países por 413 millones de dólares que estarán exclusivamente dedicados al fondo de adaptación y se logró evitar que estos fondos se compartan con financiamiento para la mitigación. Lo que no debemos olvidar es que faltan 70.000 millones en fondos para mitigación, los cuales deberían ser entregados para el año 2030, por lo cual los 413 millones distan mucho de los objetivos marcados que significan el costo económico asociado a la crisis climática.

El documento de la COP exhorta a los países a que se comprometan a duplicar el dinero que otorgan para el 2025 con respecto al dinero que se otorgó en 2019 para fondos de adaptación. Esta falta en el cumplimiento de los compromisos adoptados ha generado una crisis de credibilidad, rememores que vienen prometiendo estas cifras desde el año 2009.

IV.AVANCES Y CONCLUSIONES FINALES

Los avances fueron significativos. El Pacto Climático de Glasgow vuelve a comprometerse con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados.

Las negociaciones finales nos dejaron el cierre del «rulebook» con el famoso artículo 6 sobre las reglas del Acuerdo de Paris. Se incluyó por primera vez una tibia referencia hacia el abandono de los subsidios a los combustibles fósiles, que se sumó a la de abandonar el carbón. Sumado a un anuncio para frenar la desforestación con compromisos financieros para el 2030, el ambicioso acuerdo entre China y Estados Unidos, entre otros hitos. Pero tal vez lo más significativo fue el reconocimiento unánime de la comunidad internacional al rol de la ciencia: los inform es en cuanto al clima y la naturaleza emitidos en los últimos años son la base de las decisiones en cuanto a políticas climáticas se trata. A su vez, el Pacto climático de Glasgow reconoce la importancia de la naturaleza para enfrentar el cambio global.

Un punto crucial radica en la seriedad de las decisiones y anuncios, la credibilidad está en juego y también se decidió trabajar sobre ello a futuro. Todas estas decisiones tienen que estar sustentadas e implementadas para no dañar el proceso.

Un párrafo aparte merecen los actores no estatales. La participación de la sociedad civil fue masiva en Glasgow, donde más de la mitad de los participantes pertenecían a los gobiernos locales, instituciones, empresas, ONG, etc. Su rol es cada vez más central, preponderante y esto quedó evidenciado en Escocia. La única forma de cumplir el acuerdo de Paris es que los gobiernos nacionales articulen y participen al sector privado, la sociedad civil y a los gobiernos locales.

Aún estamos lejos de los objetivos. La realidad es que alrededor de 40 países no han presentado sus Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), por eso se instó a que los estados presenten estos compromisos.También se exhortó a quienes las presentaron para que las revisen y las entreguen en la próxima COP de forma optimizadas, reduciendo el plazo de 5 años del Acuerdo de Paris, a un año. Esto dejó en evidencia la necesidad de mecanismos de monitoreo y transparencia para que estos compromisos y sus metas se consumen.

Las finanzas son fundamentales para la lucha contra el cambio climático global, y la utilización de estos recursos financieros es una tarea muy delicada. No obstante, la ciencia nos dio evidencia de sobra para representarnos que no hay margen de error ya que está en juego la supervivencia de nuestra especie.

Permanece vivo el objetivo de lograr contener el aumento de la temperatura media de la tierra en 1,5 grados centígrados, como marca el Acuerdo de París. Necesitamos medidas más ambiciosas y eficaces, ya que las consecuencias del cambio climático ya están sucediendo. El Sur global está siendo gravemente afectado por el calentamiento global y las decisiones de la negociación distan mucho de las necesidades de la región.

La transformación de las economías a nivel global es clave para la transición que debemos generar. El camino no es fácil, pero sabemos que el cambio climático es el mayor desafío de la humanidad, debemos actuar en consecuencia para lograr con urgencia los compromisos que nos permitirán ganar esta batalla.

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(1) https://www.bloomberglinea.com/2021/11/15/14-millones-de-toneladas-al-dia-explican-por-que-china-e-india-no-d
jan-el-carbon/

(2) http://riodejaneiro.chineseconsulate.org/pot/zglc/202111/t20211117_10449321.htm

(*) Abogado. Ambientalista. Profesor e Investigador. Consultor en Cambio Climático. Observador permanente en la Cumbre Cambio Climático de ONU (COP).

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