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Gestión del riesgo

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Autor: Mariona, Fernando G.

Fecha: 8-mar-2019

Cita: MJ-DOC-13837-AR | MJD13837

Doctrina:

Gestión del riesgo

Por Fernando G. Mariona (*)

Luego de lo comentado en números anteriores, referirnos ahora a las actividades básicas para el desarrollo de la metodología de la Gestión de los Riesgos en el Cuidado de la Salud, es decir la aplicación de acciones tendientes a reducir los riesgos dentro de un establecimiento sanitario, parece adecuado.

Las etapas de esas acciones son:

– la identificación, el análisis y evaluación y el tratamiento de los riesgos.

Como ya hemos comentado en diversas oportunidades, la cantidad de riesgos potenciales en todo sistema productivo, y particularmente en un sistema de cuidado de la salud hospitalario, público o privado, es muy elevado. Ello torna necesario e imprescindible primeramente la utilización de métodos específicos de identificación de esos riesgos.

También supone evaluarlos para priorizar las acciones en el tiempo.

Esta metodología de trabajo, la Gestión del Riesgo, finalmente, debe interrelacionarse sin ninguna duda con los Programas Institucionales de Gestión de la Calidad y de Seguridad del Paciente, (si los hubiere) lo que permitiría con absoluta claridad evaluar la correspondencia de dichas acciones con la aplicación de las Normas Reglamentarias (médicas) y el Sistema Jurídico de la Responsabilidad Civil y Penal por Daños. No puede ser una actividad tangencial. Ha de estar integrada. No es un tema sólo de médicos-legistas, ni sólo de abogados que conozcan de Derecho Médico. Es un trabajo de Equipo.

LA IDENTIFICACIÓN DE LOS RIESGOS

La gestión de control de los riesgos supone conocerlos, identificarlos, para poder actuar sobre ellos. La primera etapa en el conocimiento de los riesgos consiste en detectarlos.

La identificación de los riesgos se realiza gracias a varios enfoques complementarios.

Identificación de los riesgos a priori

Esa identificación se puede efectuar antes de que ocurran, para prevenirlos. Eso permite administrar los riesgos previsibles de una actividad a fin de no exponer inútilmente a las personas.Para tratar de evitar los riesgos evitables, cuestión por la que un profesional o un establecimiento sanitario será juzgado, debemos primeramente conocer de su existencia (arts. 1708 y 1710 del CCyCN).

Esa identificación se confunde a veces con la concepción que profesionales experimentados tienen del riesgo en su especialidad, las reglas estructurales implícitas o las explícitas, especialmente las normas no escritas, ya sean las producidas por la propia comunidad médica en general, o el conocimiento e interpretación que de las normas legales y administrativas de cada especialidad hacen los médicos o los administradores de los establecimientos médicos, más allá de que el sistema de trabajo médico en la Argentina, conspira contra la institucionalización de éste tipo de programas.

El enfoque de la identificación debería ser llevado a cabo y controlado mediante un mecanismo de autorización previo al desarrollo -debe haber un primer día- de cada actividad.

En ciertos campos (análisis clínicos, diagnóstico por imágenes, anatomía patológica, medicina transfusional, quimioterapia, radioterapia, obstetricia y neonatología, control de infecciones asociadas al cuidado de la salud) debe existir una actitud explícita de gestión de los riesgos mediante la creación de un expediente de análisis de los riesgos, impulsada por la dirección médica o el directorio o el principal accionista.

Esa identificación puede asimismo efectuarse sobre una estructura ya en funcionamiento para reforzar la seguridad, e incluso inmediatamente después que un resultado inesperado se haya manifestado. Es lo mejor.Un programa de mejora de la calidad y de la seguridad del paciente en materia por ej.; de anestesia, basado en el análisis del proceso anestésico y de la conducta humana, permitiría identificar los riesgos con el fin de brindar seguridad al funcionamiento, y consecuentemente al paciente.

Un sistema basado en el análisis previo de los procesos utiliza métodos específicos, muchos de los cuales son comunes al trámite de la gestión de la calidad y a la gestión de los riesgos. Se basan en gran parte en el análisis funcional de los procesos.

Los métodos de identificación de los riesgos a priori son indispensables para anticiparse a los riesgos de extrema gravedad que son por su misma naturaleza excepcionales.

Identificar los riesgos con anterioridad al desarrollo de la actividad es un paso fundamental. Reconocerlos como tales, a priori, requiere de una conducta honesta y objetiva. Ello permitirá conocer los riesgos a los que se encuentra expuesta la institución sanitaria en el desarrollo de su actividad; los riesgos a los que se encuentra expuesto el profesional en su trabajo; los riesgos que se corren en un determinado procedimiento médico, quirúrgico, de enfermería.

Existen algunos métodos sencillos que permitirían la identificación de los riesgos a priori, tales como:

Análisis de los modos actuales de realización de un acto médico, sus fallas y sus efectos (enfoque epidemiológico); análisis de los efectos y de la severidad de los mismos; identificación de las causas (Reporte de Incidente); identificación de las consecuencias inmediatas, mediatas y posibles, tanto respecto del paciente y su entorno, el establecimiento médico y los profesionales que hubieran actuado.

En el próximo número nos dedicaremos a la identificación de los riesgos a posteriori.

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(*) Asesor Externo de TPC Compañía de Seguros S.A.

N. de la R.: Artículo publicado en la revista Médicos Nº 108 Enero 2019

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